La blefaroplastia es la intevención destinada a corregir alguna alteración a nivel de los párpados. Podemos encontrarnos con infinidad de intervenciones, destinadas a diferentes propósitos, aunque generalmente comparten un denominador común en cuanto a vías de abordaje (cicatrices), recuperación, tipo de anestesia etc.
Algunas de la variantes clínicas que nos encontramos con frecuencia en la consulta y que tratamos de corregir son la blefarocalasia (exceso cutáneo en párpado superior), ptosis palpebral (limitación en la elevación del párpado) envejecimiento de la mirada, ectropion (eversión del párpado inferior). En la cirugía de rejuvenecimiento de la mirada, cada vez son más las cosas que podemos ofrecer, desde la reubicación de las bolsas de grasa hasta el lifting de cola de cejas o de la grasa malar.
¿Cómo son las cicatrices?
En el párpado superior la incisión se ubica a nivel del pliegue palpebral por lo que es prácticamente imperceptible. En párpado inferior, utilizaremos la vía transconjuntival (no deja cicatrices visibles) o subciliar (cicatriz por debajo de las pestañas) dependiendo de la intervención que se vaya a realizar. En general, es una zona en la que la cicatrización es muy buena, por lo que las cicatrices pasan desapercibidas.
Tipo de anestesia
Son intervenciones que se pueden realizar bajo anestesia local con o sin sedación y en aquellos casos en los que la duración vaya a ser mayor, aconsejamos la anestesia general.
¿Cómo es el postoperatorio?
No es doloroso, pero sí suelen aparecer equímosis (cardenales) inflamación y edema en la zona periorbitaria, por lo que aunque se puede empezar a trabajar al día siguiente de la intervención, y la inflamación puede camuflarse con maquillaje y gafas de sol, aconsejo una vida socialmente poco activa los primeros diez días tras la intervención.